Rufina Cambaceres, fue una chica nacida en 1883 hija del escritor y político argentino Eugenio Cambaceres. Rufina se preparaba para ir al teatro. Era su cumpleaños número 19 pero sería el último, ya que fue encontrada sin vida. Rufina no tenía signos vitales y sin ser velada, la enterraron en el cementerio de la Recoleta, en Buenos Aires.
Días después del entierro un familiar visitó su tumba y descubrió cierto desplazamiento del ataúd y se cuenta que llegaron a abrirlo y descubrieron rasguños en la madera y en el cuerpo de Rufina, fruto de sus esfuerzos por escapar. Se especuló que Rufina no había muerto súbitamente sino de Catalepsia, un trastorno poco conocido en la época, que se presenta de forma repentina y se caracteriza por dejar inmóvil a la persona, y en estado de muerte aparente.
Días después del entierro un familiar visitó su tumba y descubrió cierto desplazamiento del ataúd y se cuenta que llegaron a abrirlo y descubrieron rasguños en la madera y en el cuerpo de Rufina, fruto de sus esfuerzos por escapar. Se especuló que Rufina no había muerto súbitamente sino de Catalepsia, un trastorno poco conocido en la época, que se presenta de forma repentina y se caracteriza por dejar inmóvil a la persona, y en estado de muerte aparente.
El de Rufina Cambaceres sería quizás uno de los casos mas legendarios de personas con catalepsia y que lamentablemente no se supo detectar. La gravedad de la enfermedad radica precisamente en el riesgo de que la persona sea dada por muerta cuando no lo está. Desde hace algunas décadas se suele someter a las personas a un Electroencefalograma para confirmar el fallecimiento.
FUENTE: http://historiaextravagante.com/enterrados-vivos/