Las razones por las cuales el viernes 13 es considerada una fecha de mala suerte son variadas; se trata, en cualquier caso, de dos supersticiones sumadas: la que señala al viernes como el día mas peligroso de la semana, y la llamada triscaidecafobia, el miedo al número trece.
El viernes carga su mala fama, según estudiosos bíblicos, por haber sido el día en que Jesús fue crucificado, y por haber sido un viernes cuando Eva mordió la manzana prohibida. Respecto del número trece, más allá de la explicaciones mitológicas, hay un argumento lógico: es el que sigue al doce, el número integral, de la completud: doce son los meses del año, los signos del zoodíaco, doce eran los apóstoles de Jesús y las tribus de Israel. Así que el 13 viene a desarmar esa perfección, generando inquietud y zozobra.
No pocos científicos se han visto tentados de poner a prueba los efectos de esta superstición: se ha experimentado con el número de accidentes de tránsito, de heridas por arma blanca, de suicidios o de urgencias atendidas en los hospitales. Salvo el número de heridas de arma blanca, ningún otro resultó variar en los viernes 13. Y, en cualquier caso, la variación puede deberse no a la maldición de la fecha sino al miedo que esta provoca, y sus efectos en las personas. Porque lo que sí está científicamente probado es que los humanos (y los animales) son supersticiosos.
Especialistas mencionan la tendencia del cerebro a tenerlo todo bajo control; cuando esto es imposible, acepta la introducción de rituales y creencias que le dan tranquilidad.
Respecto de los animales, en 1948 se realizó un experimento con ocho palomas, en el que se les hacía llegar comida sin causa aparente; las palomas luego repetían los movimientos que habían hecho antes de recibir la comida, aunque no hubiera relación causal entre su accionar y el resultado. Esto fue mencionado como conducta supersticiosa. Así, el fenómeno de la superstición, tan vinculado a los viernes 13, trascendió la barrera de lo humano.
FUENTE: http://pe.tuhistory.com/
FUENTE: ABC