Desde que se dio a conocer la noticia de que un gran asteroide podría impactar contra la Tierra en septiembre de este mismo año, en poco tiempo se convirtió en uno del mayores fenómenos virales del siglo XXI ya que el temido asteroide coincidía con la profecía la última “Luna de Sangre” y que debía haber causado tsunamis, tormentas o fuertes terremotos. Sin embargo, este evento apocalíptico no ocurrió, por lo menos en la fecha señalada.
Si pensabas que la profecía de las “Lunas de Sangre” o la del asteroide asesino eran las únicas maneras posibles que de que se cumpliera el apocalipsis, te equivocas. Científicos de la costa oeste de África han demostrado mediante una reciente investigación, que el hundimiento de un volcán provocaría un megatsunami de proporciones bíblicas con olas de hasta 250 metros.
Un megatsunami de 250 metros
Un equipo de científicos recientemente descubrió que el hundimiento repentino de un volcán gigante hace 73.000 años desató una ola de casi 250 metros, el tsunami más grande jamás visto en los registros geológicos. Pero lo peor de todo es que los científicos han advertido que un megatsunami parecido podría ocurrir de nuevo, en cualquier momento.
Según The Financial Express, el volcán de Fogo en Cabo Verde fue quien desencadenó la ola sin precedentes, y continúa sigue siendo uno de los volcanes más grandes y más activos del mundo. Ricardo Ramalho, un geofísico de la Universidad de Columbia, Nueva York, e investigador principal del estudio, advirtió que una apocalíptico megatsunami podría volver a sacudir la Tierra de nuevo, aunque admitió que es completamente imposible para los geólogos o los meteorólogos predecir exactamente cuándo y dónde ocurrirá este nuevo desastre.
Sin embargo, también mencionó que Hawái y la costa oeste de Estados Unidos pueden ser los lugares con las perores consecuencias, aunque los expertos temen que una nueva gran erupción podría generar un devastador megatsunami en el Océano Atlántico.
“La mayoría de estos volcanes oceánicos son relativamente jóvenes, como en las Azores, las Islas Canarias y Hawái, que son increíblemente altos y escarpados, por lo que el hundimiento podría generar la energía necesaria de nuevo”, dijo Ramalho. “Nuestro punto es que los colapsos de flanco pueden suceder muy rápido y de manera catastrófica, y por lo tanto son capaces de desencadenar tsunamis gigantes. No suceden muy a menudo. Pero tenemos que tener esto en cuenta cuando pensemos en el peligro potencial de este tipo de características volcánicas.”
Según los informes, el hundimiento volcánico en Hawái hace unos 100.000 años generó un megatsunami que llegó a inundar zonas de hasta 300 metros de altitud. Los expertos señalaron que los devastadores tsunamis que han ocurrido recientemente no han sido considerados megatsunamis, como el de las costas del Océano Índico en 2004 y el de Japón en 2011, que alcanzaron alturas máximas de unos 30 metros. Los científicos señalaron que estos tsunamis fueron causados por terremotos submarinos en lugar de colapsos volcánicos.
¿Pero que se sabe sobre el megatsunami de hace 73.000 años?
El megatsunmami de Cabo Verde fue 10 veces más potente que el de la India y otros países del sur de Asia en 2004. Este megatsunami fue provocado por un hundimiento que se produjo hace unos 73.000 años en el volcán de Fogo, uno de los volcanes más grandes y más activos del mundo. Ahora, el volcán Fogo se eleva a 2.829 metros sobre el nivel del mar, y entra en erupción aproximadamente cada 20 años, la más reciente tuvo lugar el pasado otoño.
La Isla de Santiago, una de las islas que quedó completamente sumergida como resultado del evento catastrófico, en la actualidad residen unas 250.000 personas. Los investigadores también señalaron que rocas de hasta 770 toneladas fueron arrastradas hasta 609 metros tierra adentro y a 198 metros sobre el nivel del mar. La conclusión fue que una gran ola arrancó las rocas y las elevó hasta su actual posición.
Y para quienes continúen teniendo dudas sobre si puede ocurrir un evento apocalíptico como el de hace 73.000 años, el físico Michio Kaku nos advirtió a principios de este año que un desastre natural de proporciones titánicas está a punto de ocurrir en la Tierra. Según el Dr. Kaku, “no es una cuestión de si ocurrirá, es una cuestión de cuándo”.
Esta vez la advertencia no procede de pequeños grupos de conspiranoicos o de telepredicadores, es la misma comunidad científica. Sólo podemos esperar que un megatsunami no sacuda la Tierra en un futuro próximo.