lunes, 30 de noviembre de 2015

SeaOrbiter, el primer buque de investigación en busca de la Atlántida


¿Por qué después de miles de años continúa sin respuesta el misterio de la Atlántida? ¿Existió realmente? Es increíble como este misterio perdura con el paso del tiempo, ya que al parecer es como si en el fondo supiéramos que existiera, como si fuéramos poseedores de una especie de memoria colectiva en el interior de nuestro subconsciente que hace que no la aceptemos como un mito.


Y sus orígenes se encuentran en la primera historia de la Atlántida, escrita por el filósofo griego Platón hace 2360 años y que se ha convertido en tema de debate sobre si existió o no la Atlántida. Platón lo describió como una sociedad utópica extraordinaria, prosperando alrededor del 9600 a.C., donde valoraban la paz, el arte y la sabiduría, con un conocimiento tecnológico avanzado para la época, y disfrutando de riquezas más allá de cualquier civilización posterior. Y como ocurre en todas las civilizaciones conocidas líderes corruptos se hicieron con el control combatiendo contra sus países vecinos.

Los expertos creen que conquistaron ciertas partes de África del Norte y Europa, y estaban a punto de atacar a Egipto y Atenas, cuando el ejército ateniense valientemente los hizo retroceder y los derrotó. Pero poco después de esta victoria, los terremotos violentos y devastadores e inundaciones resultantes destruyeron el ejército ateniense, así como todo el continente isla de la Atlántida, sumergiéndola bajo el mar “en un solo día y una noche”.

Esta es la historia de la civilización perdida que para muchos es un simple mito pero que para otros fue una realidad. Y ahora el conocido oceanógrafo Jacques Rougerie quiere desvelar el misterio con el “SeaOrbiter”, una gigantesca nave de observación acuática con energía solar, que recorrerá los mares sin parar en busca de la Atlántida y otras civilizaciones desparecidas bajo nuestros mares.

SeaOrbiter: en busca de civilizaciones perdidas

Esta idea perfectamente podría atribuirse al célebre director estadounidense James Cameron, pero este gigante de los mares de 57 metros de alto será una realidad para abrirse paso por las aguas de todo el mundo como el primer buque de exploración que no se detendrá, con drones submarinos, viviendas bajo el agua y el simulador de entrenamiento espacial.

El oceanógrafo Jacques Rougerie es el autor intelectual del SeaOrbiter, una creación diseñada desde hace más de una década y que ya dispone del 30 por ciento de la financiación para su construcción. Constantemente la itinerancia de los océanos y con más de la mitad de la nave bajo la superficie del agua, el SeaOrbiter ofrece una propuesta de exploración alternativa a los proyectos de investigación actuales. Ya se han trazado las misiones para las profundidades en los fondos marinos, la búsqueda de civilizaciones perdidas, buscar míticas criaturas y encontrar nuevas formas de vida.

Alta tecnología para dar respuesta a los grandes misterios

Con el 90 por ciento de los océanos del mundo sin explorar, se estima que hay millones de especies que aún no se encuentran registradas u observadas y Rougerie tiene como objetivo explorar los abismos del planeta para encontrarlas. Esta mega embarcación será construida partir del “Sealium”, un aluminio reciclable diseñado especialmente para ambientes marinos.

La increíble embarcación constará de dispositivos de alta tecnología preparados para la exploración submarina y que diariamente estarán actualizados mediante equipos subacuáticos que recopilarán datos. Con diez niveles de alojamiento habrá espacio para 22 habitantes permanentes, cuatro de estos pisos se encontrarán por encima del agua para el estudio de las aves marinas y la observación de la superficie, y seis cubiertas bajo el agua que permitirá a los residentes investigar continuamente “el gran azul”. Estará equipado con capsulas presurizadas destinadas a los buzos que estudiarán las profundidades y así evitar la molestia de tener que pasar por el proceso de descompresión.

Los trabajos de construcción del SeaOrbiter comenzarán a finales de este año y cuando esté plenamente operativo comenzará a escanear el Mediterráneo, su primer objetivo. Incluso la empresa encargada del proyecto tiene pensado crear una flota de SeaOrbiters por todo el mundo, incluso para estudiar los lagos más profundos y misteriosos.

Especificaciones del SeaOrbiter:
  • Energía solar que permitirá a la embarcación navegar en un silencio absoluto.

  • Turbina de viento para energía adicional.

  • 57 metros de alto, de los cuales 30 metros estarán debajo del agua.

  • Un laboratorio de alta tecnología a bordo.

  • Diez niveles de alojamientos (cuatro en su parte superior y seis debajo del nivel del agua (22 residentes permanentes).

  • Un laboratorio hiperbárico para realizar inmersiones sin restricciones a profundidades de entre 10 metros y 100 metros sin el inconveniente de las paradas de descompresión, permitiendo el estudio de criaturas marinas, especialmente durante la noche, un período crítico cuando animales desconocidos suben a la superficie desde las profundidades.

  • Vehículo submarino operado a distancia con la capacidad de filmar y tomar muestras de hasta 1000 metros.

  • Un submarino teledirigido con autónoma propia y con la capacidad de sumergirse a 6000 metros.

  • Simulador del espacio a bordo que reproducirá las condiciones en el espacio para que los astronautas puedan entrenarse para futuras expediciones, incluido para los primeros exploradores en Marte.

¿Serán capaces de descubrir los últimos resquicios de la civilización perdida de la Atlántida? Tendremos que esperar unos cuantos años para conocerlo, pero algunos expertos creen que incluso con la alta tecnología nunca será posible encontrarla, ya sea porque esté realmente oculta o por que los gobiernos prohíban la difusión del descubrimiento y así volver a ocultarnos nuestros verdaderos orígenes como siempre ocurre en estos casos.

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